Oro Que Seamos Aquellos Que Rindan Todo Para Él. Que Vivamos Para Él y Seamos Maduros en La Fe.
Enero 11, 2023
Publicado por Hna. Deborah Negron- Hija de Dios – Sierva del Señor por su misericordia
Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:22-28
Palabra de aliento y de seguridad. Vendran tiempos de dolor y de experiencias difíciles. Seremos probados. Habrán momentos en que tendremos que resistir al enemigo y otros en que tendremos que huir de la tentación.
Pero nuestra fe no esta basada en nuestras propias fuerzas. Reconocemos que nuestra fortaleza y nuestro escudo esta en la relación y la intimidad con El Señor. Sin Él no estamos listos para lo que venga. Necesitamos estar vestidos de toda la armadura de Dios.
Efesios 6.
No somos fuertes en nosotros mismos. Ni tenemos las armas suficientes sin tener una relación verdadera con Dios.
El asistir la Iglesia y escuchar un mensaje de vez en cuando no garantiza nuestra fe.
Tenemos que estar diariamente renovando nuestra mente en La Verdad ( La Palabra de Dios).
Viviendo en El Espíritu es huir de las cosas que alimentan la carne. Abstenerse de los placeres carnales que nos desvían del propósito de Dios es nuestra responsabilidad.
La Palabra nos dice claramente, “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Efesios 6:10-11
Ya sea, es un mandamiento a vestirnos. Es la regla para estar presto para las luchas de la vida.
Nos dice ue el Fortalecerse es nuestra responsabilidad.
¿Y como se hace?
El Apostol Pablo nos enseña,
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Romanos 12:1-2
Es un verbo, es lo que tenemos que hacer, actuar, ejercer y proponernos a practicar. Vestirnos, Presentarnos, Separarnos, Consagrarnos… son palabras que nos muestran nuestro plan fijo de como andar en fe.
El ser activos guardándose para bien es nuestro privilegio y responsabilidad cuando somos hijos de Dios.
También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
S. Lucas 15:11-24
Al hijo Prodigo el Padre no lo fue a Buscar. Este Padre permaneció en su hogar. Fue constante en su amor, pero no fue detrás del rebelde.
Fue la responsabilidad del hijo reconocer su estado de mala conducta y sus malas decisiones. Tenia que ser el hijo que se volviese al Padre.
Así nosotros nos tenemos que volvernos a Dios. Tenemos que reconocer nuestro male estado y arrepentirnos de nuestros malos caminos.
El ser humano se rebela. Sé enoja y se decide irse. La persona es responsable por sus decisión.
Dios nos espera y nos llama, pero no nos fuerza. La Fe Viene por el oír. Por el actuar.
El Espíritu de Dios nos redarguye. El nos hace el llamado. Vivifica el entendimiento para que le creamos.
Pero hay acciones que tenemos que tomar.
Puede ser que seamos salvos, pero nos falte crecimiento en desarrollar el carácter de Cristo. Dios no violenta nuestra persona. En muchos casos somos rebeldes y nuestro orgullo no nos permite ver nuestro estado similar al prodigo.
Nos creemos buenos. Nos creemos ser suficientemente sanos y a nuestro parecer no tenemos nada en que madurar. Esto es orgullo. Es una actitud errónea.
Todos hemos fallado. Todos los días tenemos que presentarnos delante del Señor y pedirle que escudriña nuestros corazones.
Matando el yo y el ego. Sometiendo nuestra carne a la autoridad de Cristo. Dejando los malos caminos dia a día para andar en rectitud.
El hijo tenia que volver. El tenia que buscar al Padre. Pero el Padre seguía siendo Padre.
Esperaba a su hijo con amor, y perdón y con la decision de una reconciliación.
El que tiene oídos para oír o vista para leer reciba esta Palabra.
Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte. Aun en la risa tendrá dolor el corazón; Y el término de la alegría es congoja. El sabio teme y se aparta del mal; Mas el insensato se muestra insolente y confiado.
Proverbios 14:12-13, 16
Señor, ayúdanos a apartarnos del mal. Ayúdanos a correr al Padre. Ayúdanos diariamente a renovar nuestro pensar. Enséñanos la areas que todavía nos falta entregarte.
Abre nuestros corazones para que busquemos tu rostro día a día y no confiemos en nuestros propios caminos.
Eres tu que enderezar lo torcido. Eres tu el que restaurar las vidas. Eres tu el Redentor y Salvador. Solo a ti podemos venir a buscar lavarnos de la mancha del orgullo y de los pecados que nos son ocultos. Somos vasos que a veces tienes tu que quebrantar para hacernos útiles. Enséñanos que solo en tu amor y tu perdón podemos confiar.
No somos todos santos por nuestra propia justicia. Somos en areas hijos descarriados.
Llega a nuestras vidas en las areas de nuestra obstinación. Rompe el yugo que nosotros mismos hemos permitido que nos encerré.
Haznos ver como debemos cambiar. Pues somos barro en tus manos. Somos los que necesitamos ser formados a la imagen de Cristo. Dia a día.
No hemos llegado a la estatura del hombre perfecto. No hemos llegado todavía al cielo. Ayudanos a perseverar. Ayudanos a entregarte todo lo que somos y a rendirte todas nuestras vidas.
Señor Jesús, que menguemos para que seas visto en nosotros.
Que se vea menos de nosotros y más de ti.
Esta es mi oración. No es que no seamos hijos. Es que seamos testigos fieles y que la evidencia de Cristo sea real en nuestras vidas. Que no seamos conformes con entrar. Sino que tengamos coronas que poner a tus pies. Que seamos portadores de tu gloria y así podemos ser sal y luz iluminando la luz de Jesús para que otros vean el Camino.
Que seamos la sal que Preserva a los que están a nuestro alcance. Ayudanos a vivir como embajadores y lumbreras que tu uses para la alabanza de tu gloria.

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