Cuidas De Mi

Publicado por Hermana Deborah Negron- Hija de Dios

Octubre 8, 2022

Contaré tus bendiciones.

Me acordaré de tus bondades.  Miraré hacia la trayectoria de tus beneficios. Siempre haz sido fiel.

Desde pequeña tengo memoria del amor que me haz mostrado.  Me hablabas en manera dulce y fácil. Pusiste ideas y poco a poco me llenabas de tu conocimiento.

Aquel día que estaba como niña ayudando a mi mamá. Me acuerdo como si fuera hoy.         La papa en mis manos. El pelador también. Se veía perfecta esa papa por afuera. Dije entre mi, es tan linda esta papa. Se ve así tan bien. Es grande y se ve como que puede ser para tantos comer. Luego dije, mami, mira que linda es esta papa!

Comencé a quitarle la cascara o capa con el pelador. De pronto corte esa papa. Y en su centro tenia gusano. Era negro y muy fea por dentro. Pensé y dije mami, así tan feo es el pecado.

Mi madre, me dijo, así es el pecado. Yo me acuerdo que pensé y hablamos como por fuera la gente se ve bonita. Por fuera se visten bien y nadie sabe lo que hay adentro de ellos.

Mi madre me miró y luego me dio el versículo 1 Samuel 16:7

En nuestra conversación mi mente y mi alma fue llena del entendimiento del Señor.

En esto mi mamá me dijo debes contarle esto a los niños en la iglesia. Y me ayudo y me preparo.

En esa semana tuvimos un culto de niños. Me acuerdo que tenia yo, 9 años. Cuando me pare delante de la iglesia, sentía una alegría por contarles lo que había aprendido. La historia de como Dios escogio un rey para Israel. Como el profeta Samuel miraba lo que veian sus ojos.. Como todos vemos lo alto, lo fuerte y lo que nos parece bueno y lindo .  PERO SOLO DIOS CONOCE EL CORAZON!

En mis manos, mi madre había preparado un embase. Y adentro lleve esa papa. Allí les conté como era tan grande y tan bonita la papa. Pero que adentro estaba dañada. Solo, al abrirla pude ver.

Dios conoce nuestros corazones. El conoce si, somos de él, o si, no le queremos.  Él es el unico que nos ve en el corazon, adentro. El conoce lo que hay en la mente.

Me acuerdo como también, El Señor, me fue dando las palabras y abundando en mi, su voluntad.

Me acuerdo, que orando, le pedi al Señor que me pudiera siempre acordar de su Palabra. Les puedo decir que nunca me a fallado el Señor. Aun en los momentos más fuertes de mi vida, Dios a sido fiel. Y al guardar su Palabra, esta misma me a librado.

Una vez estaba en la escuela y habían unas niñas muy grandes y muy abusivas. A mi me gustaba siempre sentarme cerca del escritorio de cada maestra. Para esto no era timida. Pues mi necesidad de estar cerca de la pizarra me hacia que pudiera esto. Mis ojos siempre me fallaban y no veía bien. Por lo cual siempre le pedía a las maestras que si me podía sentar cerca. El aprender me fascinaba. El estudiar me alegraba. Sé que no es cosa mía. Entiendo que Dios es que nos da el querer como el hacer. El ser estudiosos es un regalo de Dios.

En ese día había contestado una pregunta de la maestra. Esta niña grande, me dijo entre dientes, que me callara. Yo no le hice caso. Luego al salir de la clase, me dijo que ella me iba a enseñar a callarme.

Senti temor. Luego en un baño de la escuela esa niña y unas cuantas otras, me vieron entrar. Ellas me siguieron. Allí me atacaron. Me pegaron y esa niña me decía, “Ahora te vas a caller cuando yo te lo diga!”

Me acuerdo que me dijeron que no se lo dijera a nadie. Mi prima era más grande que yo. Y a ella se lo conté. Le dije como me habían dicho que me iban a esperar después de la escuela también. En mi mente ore y le pedí al Señor que me ayudara. En eso vi a mi prima.

Es una dicha tener una hermana o hermano grande. Mi prima se ocupo de que, nunca más abusaran de mi.  Y yo aprendí a confiar en él Señor y en la oración. Si, hablo con Dios estaré bien. El cuida de mi. Así como Dios permitió que mi prima hermana me defendiera y me cuidara, así hizo Dios con nosotros.

Nosotros tenemos un hermano mayor. Tenemos uno que nos defiende. Tenemos uno que nos protege de las asechanzas del diablo. Tenemos uno que se entrego por nosotros y pago el precio por nuestra redención.

Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.
Hebreos 2:11‭-‬12‭, ‬16‭-‬18

Nuestro hermano mayor nos defiende del acusador.

En mis años de joven me extravie.  Me descarie de los caminos del Señor. Y alli en ese estado como madre habiéndome tenido que casar muy joven sufri. Sufri abusos y sufri desprecios. Pero jamas se me olvida que cuando más débil y más lejos del Señor me encontré, allí me hablo Dios. Cuando trate de quitarme la vida, Él Señor en su misericordia no me dejo sola.  Su Palabra volvió a mi mente.

Yo estoy contigo. No te abandonare… 

Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.
Isaías 41:13

Con amor eterno te he amado… Jeremias 31:3

Luego puso en mis labios una canción nueva.

-Estas aquí, a mi lado…            estas aquí,                           llamando mi nombre.               Estas aqui, diciéndome hijo vuelva a mi.

Su gracia me alcanzo.

Tantas veces que puedo contar sus intervenciones. Me acuerdo como en una ocasión, leyendo la palabra vi el texto en el Salmo que es mi favorito. Salmo 119.

Allí llegue al versículo 11.          En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
Salmos 119:11

Me acuerdo que comencé a escribir. Me vieneron pensamientos de como Dios nos cuida. Como nos trae buenos pensamientos y como en medio de las tentaciones y los momentos dificiles, la Palabra de Dios nos vuelve a la mente. Esta Palabra nos enseña, nos guia, nos muestra como tenemos que vivir.

Es la razón por que no me canso de escribir, de cantar, de adorarle. Solo Él Señor merece mi devoción.

Su Palabra me ha enseñado lo que es confiar en el aun en medio del caos que pueda haber en la vida. En medio de cada perdida y cada momento difícil he visto como me ha hecho bien.

Cuando mis pies se deslizaron, cuando tropecé y me turbe y me desvie de la fe, su mano me alcanzó.

Su amor me rescato. Soy deudora del que a elevado me alma a las alturas. Soy bendecida pues su Palabra me a sido refugio.  Me a llenado de la verdad que es Cristo.

No hay nada que nos pueda separar del amor de Dios. Asi, lo declara Pablo en su carta a los Romanos capitulo 8. Puedo escribir con tinta y con colores y jamas lograr expresar todo lo que ha hecho Dios por mi.

Les cansaría escuchar como en los momentos en que peligro mi vida, Dios no me falto. Cuando pensé haberlo perdido todo. Él levantó mi cabeza. El puso mi pies sobre la roca. El es mi Buen Pastor. El me guía por sendas de justicia. Por que me a amado. 

Cuando otros me han desechado y me han despreciado y minimizando mi persona. Cuando han devaluado lo que soy y me han hecho sentir incapaz de aún ser amada.

Mi Señor, en su Palabra, me ha hecho ver que soy su hija. Soy su elección. Soy la niña de sus ojos. Se compadece de mi. Mi valor no esta en mi. Sino en el que me amó.

El dueño de mi vida es Jesús. El autor de mis dias es él.  El que tiene mis días contados y ejecutara en mi su proposito es él.

¿Como, no contar de su amor! Que nos a amado aun cuando sabia que íbamos a pecar y a caer.

¿Como no amar al Creador de mi existencia y al que tiene mi perpetua herencia.

Les cuento mas… En otro tiempo. Pues son tantas experiencias de su fidelidad.  Tantos momentos de su generosidad. 

Una más, les cuento esta muy reciente.

Anoche mismo, estaba cargando unos artículos en mis manos. Se me hicieron pesados. Sosteniéndome con el baston, y tratando de cargar una bolsa, estaba caminando hacia mi departamento. 

En un momento, me sentí tan sola. En la obscuridad de la noche me sentí frágil y débil. Mis  brazos se cansaron. Y me faltaba una cuadra de casa.  En mi mente dije, “Señor, de mi ten misericordia.  Porque habré intentado hacer esto si no podía.” Se me iban a caer lo que llevaba en las manos.

De repente, me pasa por al lado una mujer. No la conocía. Nunca le había visto. Llevaba un carro de compras, vacío.

Me dijo, “Pareces que necesitas ayuda. La miré y dije gracias pero, ya mismo llegare. ”

Ella se sonrio. Y me dijo, toma, hecha tod aquí en este carro. La miré, y me asombre. Le dije, adonde le puedo regresar le su carro de compras.

Ella me dijo, “No tómalo para ti.” Así lo puedes usar. Le pregunte que si estaba segura. Me dijo que sí. Y siguo caminando.

Llore tanto. Me percaté que siempre está pendiente de lo que necesito. Él Señor, de veras nunca me a abandonado. Siempre es fiel su Palabra.

Aún en medio de las cosas que me han pasado en la vida, buenas y malas he podido ver que Dios a estado conmigo. Y cuando me desvie, fue su amor que me trajo de nuevo a su camino. Por esto hábito, en su amor. Me esconde en el hueco de su mano.

EL que habita al abrigo del Altísimo, Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo á Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en él confiaré. Y él te librará del lazo del cazador: De la peste destruidora. Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro: Escudo y adarga es su verdad. No tendrás temor de espanto nocturno, Ni de saeta que vuele de día; Ni de pestilencia que ande en oscuridad, Ni de mortandad que en medio del día destruya. Caerán á tu lado mil, Y diez mil á tu diestra: Mas á ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás, Y verás la recompensa de los impíos. Porque tú has puesto á Jehová, que es mi esperanza. Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. Pues que á sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.
Salmos 91:1‭-‬11

En medio de cada perdida y cada dolor, ha sido mi consuelo y mi ayudador.

Su Palabra me sostiene y me convence más y más de que estoy en Él segura.